Mi querido Rochi, Ha pasado más de un año desde que te fuiste, y todavía siento que en cualquier momento vas a correr hacia mí con esa alegría única que tenías al verme llegar. Tu ausencia es silenciosa, pero profunda, como esas cosas que uno nunca termina de aceptar del todo. He decidido escribir esta carta para ti, por todo lo que vivimos. Quería agradecerte por tu amor incondicional. Aún lamento tu partida y, desde el fondo de mi corazón, desearía que ese momento nunca hubiera sucedido. Pero la vida no está hecha para cumplir nuestros caprichos… y creo que todo lo que compartimos fue suficiente. Fui muy feliz a tu lado. A veces, al despertar, creo escuchar tus pasitos suaves en el pasillo… o cuando raspabas mi puerta con tus patitas para que te dejara subir a dormir conmigo. Me gustaría poder abrazarte una vez más, o simplemente verte dormir tranquilo a mis pies. Qué suerte la mía de haber compartido la vida contigo. No puedo evitar sonreír cuando recuerdo tus travesuras: ...